miércoles, 5 de enero de 2011

Los militares y las campañas políticas


Tenemos todavía tristes recuerdos de la politización de algunos militares que actuaron en campañas políticas, particularmente en la década del 90, que mermaron la institucionalidad castrense, su neutralidad y su carácter no partidario como cualquier funcionario del Estado ante veleidades del poder político.
El día Martes 5, aparece una fotografía en el Diario Perú 21, en la parte superior, donde  Pedro Pablo Kuczynski, líder de la Alianza para el Gran Cambio, candidato a la Presidencia para estas elecciones, sale pronunciando un discurso como parte de su campaña política sobre reformas en el sector Interior, que son resaltadas por dicho diario; no tendría nada de llamativo el que lo haya hecho, aprovechando la juramentación del líder de Alianza para el Progreso, César Acuña, como alcalde reelecto de la ciudad de Trujillo.
El tema, que traigo a  colación, es la presencia de un militar, aparentemente el Jefe de la Guarnición de Trujillo, junto a los líderes políticos que aparecen en la mesa. Considero que su asistencia debido a una posible invitación de César Acuña podría estar dentro de lo normal de las buenas relaciones que tiene que darse entre el Jefe de una Guarnición y las autoridades de la misma. Pero  parece que el militar en mención no se percató que dicha ceremonia no iba a ser solamente protocolar, sino también un aprovechamiento de los líderes de dicho partido para hacer campaña política, y este Jefe militar se encontró dentro de ella, presumiblemente sin proponérselo.
La publicación en un diario de circulación nacional de un militar en actividad y uniformado, dentro de una demostración política partidaria, no le hace un favor al Ejército, en este caso; por lo que estimo que los militares en guarniciones deberían tener más tino, asistiendo sólo a la parte protocolar, y cuando de estas demostraciones políticas partidarias se trate , evitarlas en la medida que sea posible. Es probable  que medie amistad ente los actores mencionados, pero ella no debería comprometer para nada la asepticidad de la Institución que representa el militar.
El militar debería conocer los procesos políticos, y los procesos democráticos; conforme ascienda a altos cargos y mayores responsabilidades, tendrá una mayor interacción con las autoridades políticas por lo que  tendría que tener un pensamiento político estratégico de la política en forma normativa y general, de ninguna manera partidarizada, a fin de conocer la coyuntura política y servir mejor a su Instituto y al país.
La antigua dicotomía entre lo técnico y político se ha ido difuminando, los servidores públicos en sus más altos cargos no solamente argumentarán su capacidad técnica para la solución de problemas a través de políticas públicas, sino también un conocimiento político del porque se dan ese tipo de soluciones o alternativas para atenuar problemas nacionales.


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