jueves, 2 de agosto de 2012

Mercado Jarrín como político-diplomático


Hace poco más de un mes dejó de existir Edgardo Mercado Jarrín. Considero que fue un hombre que se adelantó a su época; fue militar, político y diplomático, internacionalista, ensayista, geopolítico; era un hombre multidisciplinario, un profesional con diversos conocimientos que podía abarcar diversas materias, lo que también lo facultaba para investigar, escribir y tomar decisiones de la mejor manera posible, cuando tuvo la oportunidad de hacerlo.
Hoy tenemos aproximaciones para entender a los hombres que se adelantaron a su tiempo; una de ellas es del Dr. Alex Robertson, filósofo investigador, quien sostiene que esos hombres tenían una mayor capacidad de codificación y decodificación de información, de tal manera de incrementar su “partitura mental”. De esta forma adquirían  un conocimiento integral o “holístico”  que les permitía ver más allá de los conocimientos culturales pautados por la sociedad. Este conocimiento lo compartían a través de sus diferentes obras. 
Su profundo compromiso y amor que tenía por su carrera militar y por el Perú lo llevó a comunicar, a través de diversos escritos,  sus preocupaciones y conocimientos acerca del desarrollo estratégico, político y económico de países del mundo desarrollado y países de Latinoamérica en su relación con nuestro país. Así mismo formuló planteamientos relacionados con el desarrollo interno del país de largo plazo, incidiendo en forma particular en la generación de núcleos de cohesión y las fronteras vivas.
Hay muchas maneras de como aproximarnos a la personalidad de este distinguido militar; en este post quisiera referirme al Mercado Jarrín político. A través de su producción podemos distinguir su preocupación por la seguridad colectiva de la región,  donde consideraba que los problemas de seguridad de la misma eran más de orden económico, político y social que militares, manifestando: “Debe haber un nuevo concepto de seguridad regional: la capacidad de cada Estado para resolver los problemas críticos de tipo social y económico, de acuerdo a criterios de justicia, de una manera igualitaria y democrática”  (Mercado, 1989: 64). Señala además que debe haber un replanteamiento de las concepciones de seguridad, orientándola hacia una “seguridad cooperativa”, que implicaba una percepción conjunta de la seguridad en la región.
Por otro lado, esta preocupación también iba dirigida a la conformación de un ente supranacional de seguridad, tal es así que se anticipó a la creación del Consejo de Defensa Sudamericana (2009) órgano actual del UNASUR (2008), ya que él preconizaba en el año 1989 un Sistema  de Seguridad colectiva,  cuya función fuera la de condenar la guerra de agresión y que buscar disminuir las posibilidades de un conflicto armado,  señala así mismo los elementos por los cuales estaría conformado (Mercado, 1989: 133)
Como diplomático tuvo un protagonismo importante cuando lidero el Ministerio de Relaciones Exteriores durante tres años, estableciendo relaciones diplomáticas con países que tradicionalmente no se habían realizado por la sujeción que existía a los EEUU. Con el impulso del Acuerdo de Cartagena y el Movimiento de los países No Alineados (ni capitalismo, ni comunismo), el Perú dio muestras de liderazgo internacional y fue uno de los pocos períodos donde el Estado fue verdaderamente soberano.
Así mismo, su compromiso con la democracia  se puede evidenciar mediante las siguientes citas: “En América Latina no puede haber paz verdadera sin desarrollo con justicia social, libertad y democracia” (Mercado, 1989 : 98),   “…la seguridad del Estado no solo debe obedecer a la necesidad de defender la soberanía y la integridad territorial, sino además el funcionamiento del sistema democrático, de las instituciones públicas, y ampliarse a la protección unilateral y multilateral de la gente  y del gobierno…” (Mercado, 2001: 412)
En cuanto a las relaciones civiles militares, cuestiona tanto a la Constitución del 93 como la del 79, donde “no se advierte a cabalidad disposiciones específicas sobre las relaciones civiles militares que coadyuven a una efectiva subordinación de las FFAA al control político de los gobiernos y al fomento de una cultura castrense democrática…” (Mercado, 1995: 251).
Indudablemente que Mercado Jarrín puede ser analizado bajo otros puntos de vista en su prolífica carrera profesional, sólo he considerado una parte de ella mediante algunos rasgos de este militar ejemplar.