La Identidad Nacional es un sentimiento compartido por
una comunidad política, que tiene como fundamento a la Nación. De acuerdo a
Anthony D. Smith sus elementos son: un
territorio histórico, una comunidad político-legal, la igualdad político legal
de sus integrantes, y una ideología y cultura cívica colectivas.
Concepto
que en nuestro país se ve dificultado por las diferentes etnias, culturas,
lenguas, costumbres que existen, a lo que se suma la falta de articulación de
un territorio sumamente accidentado , un
sistema político-legal que aún no se hace presente en diferentes partes del
país y un sistema legal que no brinda
igualdad de oportunidades.
Todos sabemos, en alguna medida, que la Identidad
Nacional en nuestro país es débil, no obstante
existen fuertes identidades regionales y locales, pero la suma de ellas
no la totaliza. Tenemos una comunidad cuya conciencia como conjunto es
imprecisa y errante. Ello se pone en evidencia en la falta de conocimiento y de
identificación de muchas personas, especialmente los jóvenes, tanto sobre los
símbolos de la patria, así como la falta de identificación entre los pobladores de las distintas partes del país.
Parte de nuestra sociedad es ajena al sentimiento de
identidad, ya sea porque no lo han experimentado al no conocer las otras
culturas o son indiferentes ante ellas y no respetan la interculturalidad o porque el Estado no ha llegado hasta ellos. La
ausencia de un proyecto político que promocione la Identidad Nacional ha
permitido que se llegue a esta situación.
La globalización como fenómeno mundial acentúa aún más
esta debilidad, al erosionar y difuminar los límites del Estado –Nación y
promover entre otras cosas una globalización cultural. Frente a ello hay una
lógica reacción por parte de los pueblos, donde las tradiciones y costumbres se
reafirman y enfatizan, llamándose a este nuevo fenómeno la glocalización.
Existen diversas políticas que podrían fortalecer la
Identidad Nacional. Una de ellas, que siempre ha existido es el Servicio
Militar que los jóvenes efectúan en las FFAA, donde prestan sus servicios en
diferentes cuarteles y bases a lo ancho y largo del país. Ellos llegan a
alcanzar una mayor identificación con
los demás miembros del país. Es en estos lugares donde las identidades
regionales y locales, si bien subsisten, se subsumen a una identidad mayor, que
es la nacional.
El joven recluta aprende a tener un sentimiento colectivo
compartido con los demás, en base al cultivo de tradiciones, símbolos, códigos
que las diferentes reparticiones militares, donde realizan su servicio militar,
le ofrecen. De este modo, se crea una comunidad sujeta a deberes y
obligaciones, las que son aplicadas a todos sus integrantes en forma similar,
traduciéndose en recompensas y castigos. De manera tal que podría afirmarse que las bases y cuarteles
reproducen a una menor escala los elementos que requieren robustecer una
identidad.