jueves, 12 de abril de 2012

El Profesionalismo Militar

Cuando se trata el tema del profesionalismo militar, muchos militares lo asumen a la preparación que han tenido a lo largo de su carrera en diferentes cursos, ya sea en su propio Instituto, Universidades o en el extranjero. Es por ello que esos mismos militares se sienten ofendidos cuando escuchan a autoridades o políticos, que falta más profesionalismo militar en las FFAA (1). Como veremos el profesionalismo va más allá de la capacitación y entrenamiento del oficial.
El militar es un profesional; como cualquier otro profesional esta sujeto a ciertas características que le dan esa connotación. Todo profesional, en forma general, tiene una experiencia adquirida, consolida un grupo de características peculiares que lo hace diferir que quienes no lo son, y tiene una responsabilidad que asumir con respecto a la sociedad. En otras palabras como lo menciona Samuel Huntington en su obra “El Soldado y el Estado”, sostiene que las características principales de la profesión militar son: la maestría, la responsabilidad y el corporativismo (2).
Es preciso señalar también, que a diferencia de otras profesiones, el militar tiene una habilidad central, “la administración de la violencia”, denominada así por Harold Lasswell. Es  una habilidad peculiar del oficial, común a los oficiales de tierra, aire y mar, necesaria para el cumplimiento de los objetivos de una fuerza militar (3).  Es indudable que esta habilidad y competencia del oficial será mayor mientras las organizaciones de violencia sean más grandes y complejas y mayor sea el número de situaciones y condiciones en las cuales puedan ser empleadas. Valga la aclaración, que esta habilidad es la de administrar la violencia, no el acto de violencia en sí mismo; como el caso del personal enrolado, que es especialista en la aplicación de la violencia, no en su administración.
Con respecto a la maestría, Huntington, alude que el profesional es un experto con un conocimiento y una habilidad, especializado en un campo significativo del saber humano, y que su maestría de ese profesional sólo se logra por medio de una prolongada educación y experiencia; esta mas que nada relacionada con la habilidad que adquiere basada en patrones de comportamiento propios de la profesión.
En cuanto a la responsabilidad; señala que el profesional trabaja en un contexto social y desempeña un servicio que es esencial para la sociedad  y que el carácter esencial y general de su servicio, así como el monopolio que ejerce sobre su habilidad le imponen al profesional la responsabilidad de cumplir el servicio cuando la sociedad lo requiera. La responsabilidad principal del oficial militar para con el Estado es el de asesor experto, y al igual que otras profesiones solo le concierne un segmento de las actividades de su cliente; en consecuencia, no puede imponerle decisiones a su cliente que tengan derivaciones que vayan más allá de su campo de competencia especial. (4)
El corporativismo, para el mismo autor; la profesión militar es una profesión pública burocratizada, al igual que otras profesiones; pero a diferencia de éstas, la estructura  corporativa del cuerpo de oficiales no sólo incluye a la burocracia oficial sino también a sociedades, asociaciones, escuelas, periódicos, revistas, tradiciones y costumbres.
Otro estudioso del profesionalismo militar es Morris Janowitz, con un enfoque más sociológico que político, define la profesión militar como una amalgama de líderes heroicos, militares administradores y técnicos especialistas; y un oficial puede ser capaz de personificar cualquier combinación de esos elementos.(5)
Charles Moskos,  al término de la Guerra Fría, coincide en parte con Janowitz, al proponer que el profesionalismo del militar ha ido cambiando en función a las amenazas que se presentaban. Así menciona que el Oficial que nace con el Estado es un guerrero nato, capaz de conducir tropas, con habilidad técnica y táctica, todo ello en función a la defensa del territorio; este guerrero, con  organizaciones más complejas, con armas de nuevas tecnologías, pasa a ser el gran administrador y tecnólogo. Por último, en función a las nuevas misiones: de pacificación, de ayuda humanitaria, de sofocación de grupos rebeldes mezclados con la población, el perfil dominante es el de un académico, diplomático y con un buen manejo de la prensa. Ello no quiere decir que no coexista con otros oficiales con  el perfil guerrero,  toda vez que éste siempre existirá como el corazón de la fuerza. (6)
Todos estos autores coinciden que la incursión de los militares en la política, los desprofesionaliza, habida cuenta que dedican parte de su labor a realizar tareas que no tienen que ver con la tarea principal que la Constitución les asigna. Por otro lado en aspectos políticos, siempre existen varias tendencias ideológicas en cualquier grupo humano, inclusive en el de los militares, lo que va a ocasionar fisuras en sus organizaciones.
Ahora bien, se han tratado aspectos relacionados a la caracterización de la profesión militar, así como su evolución, en forma sucinta; sin embargo, existe otro factor muy importante que compromete el profesionalismo militar, que es la ética militar. Ella está compuesta de valores, creencias, actitudes, entre otros; de manera tal que forman un patrón que pueda ser usado para juzgar el profesionalismo del militar. En otras palabras de nada vale la preparación, experiencia, entrenamiento y otras cualidades de la profesión militar si esta no es empleada dentro de una ética profesional militar
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 (1) Esta alusión se debe más a la participación casi continua que han tenido los militares en la política nacional
 (2) HUNTINGTON, Samuel. El Soldado y el Estado. Teoría y política de las relaciones cívico-militares. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, p. 20
(3)  Cabría preguntarse: ¿Cómo se va a administrar dicha violencia? ¿Qué daños se va a causar? ¿Qué tipo de armas se va a usar? ¿Se va aplicar la violencia o sería preferible un amagamiento? ¿Cuál será la contundencia de su empleo?; estas y otras preguntas podrían plantearse al momento que el conductor de hombres tenga que tomar decisiones al respecto.
(4)El segmento a que se refiere Huntington, es el militar; cualquier otro asesoramiento o influencias fuera de su campo de acción, sería involucrarse en otras áreas de carácter político.
(5)  JANOWITZ, Morris. The Professional Soldier. A social and political portrait. The Free Press. NY, 1971 p. xiii
(6) MOSKOS, Charles. The Postmodern Military. Oxford University Press. New York. 2000