sábado, 19 de mayo de 2012

El "Acta de Sujeción"

Nuevamente se ha puesto sobre el tablero político el tema del acta de sujeción, a raíz del nombramiento de un Ministro, a quien se le acusa de haber firmado dicha acta. Esta situación viene siendo magnificada y “aderezada” por los medios periodísticos, tanto televisivos, radiales y  prensa escrita
Dentro de la invectiva de algunos periodistas, se deslizan algunas inexactitudes y otras carecen de verdad, tales como: “que las firmas se produjeron en la salita de Montesinos”, “que la reunión fue convocada por Montesinos”, “que es una acta de sujeción al gobierno corrupto de Montesinos y Fujimori” “que los oficiales que habían firmado estaban traicionando la Constitución”. En estos días, un político manifestó: “hubo generales que se opusieron a firmar el acta” y otras medias verdades.
En realidad no hubo ninguna acta de sujeción como ha sido llamada, tanto por políticos como periodistas. Lo que se efectuó fue un respaldo por escrito al Comando Conjunto y a las  tres Fuerzas Armadas, es decir fue el respaldo a un conjunto de acuerdos que previamente habían efectuado los altos mandos y que luego de una exposición ante Coroneles y Generales, fue firmado por los asistentes, que lo hacían mediante una lista donde llamaban a cada uno por su nombre. No cabe hablar de una sujeción a los altos mandos, ya que ésta prexiste por la naturaleza del sector castrense.
Veamos el contexto en que se realizó, se llevó a cabo en una instalación de la Fuerza Armada que, al igual que en otras oportunidades, se citaba a los Oficiales para ponerlos al tanto sobre la situación de seguridad como política, reunión que por lo general terminaba con un almuerzo de camaradería. Es fácil suponer que detrás de estas reuniones estaba la mano del gobierno y de Montesinos, pero ellos no convocaban, quienes lo hacían eran los altos mandos. Y, al igual que otras acciones incorrectas que se realizaron durante la nefasta década querían “institucionalizarlo” al comprometer a todos o la mayoría de Oficiales, de manera que se sintieran respaldados si mañana más tarde les pedían cuenta (como sucedió y como muchos de los presentes sabían que iba a suceder).
Algunos periodistas preguntan ingenuamente si la firma fue en forma voluntaria. ¿Cómo puede ser voluntario en un régimen vertical, jerárquico, de obediencia y coacción? Si a esto le sumamos el clima que existía de cooptación a gran parte de la sociedad, en manos de un régimen corrupto y trasgresor moral, en donde si el gobierno notaba alguna disconformidad de los oficiales, estos eran simplemente pasados al retiro, en el mejor de los casos y en otros trataban de implicarlos en  actos judiciales sin tener ninguna culpa.  ¿Qué opción tenían los asistentes? Un periodista si no esta de acuerdo con la línea del medio periodístico puede cambiar de medio. Un Coronel o General, con mas de 25 años de servicios, no. Si algún Oficial no firmó, es porque estaba en la situación de retiro, no en actividad.
 ¿Qué porcentaje de los firmantes eran corruptos o ganados por el régimen? Esto no es fácil de estimar. Lo que se puede asegurar es que muchos de estos Oficiales no tenían nada que ver con el régimen. No estaban en componendas con el gobierno y no tendrían porqué ser enlodados cada vez que aparecen noticias sobre la denominada “acta de sujeción”. Muchos de ellos son Oficiales de impecable trayectoria profesional y moral.
Este tipo de imputaciones inexactas deterioran aún más las relaciones civiles militares, que ya vienen siendo maltrechas del régimen del gobierno anterior. Este ensañamiento político y mediático acrecienta las brechas existentes en dichas relaciones, lo que atenta de alguna manera con la seguridad nacional y fragmenta aún mas nuestra sociedad.
Hoy vivimos otro escenario, con un contexto político donde existe un Estado de Derecho, hay una marcha hacia la consolidación democrática; existe un clima para garantizar los derechos de los ciudadanos; se han restructurado algunos aspectos de la carrera militar, en este tema se ha cuestionado la debida obediencia; por último, hay un reconocimiento de la Fuerzas Armadas que se encuentra bajo un control democrático. Situaciones como las vividas en la nefasta década de los 90s, esperemos que nunca más se repitan.

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