lunes, 21 de marzo de 2011

Las mujeres en la Fuerza Armada

Uno de los importantes cambios sufrido en las Fuerzas Armadas desde hace 14 años, es la incorporación de la mujer a los cuadros de Oficiales y Sub Oficiales, con los consiguientes problemas que ello ha conllevado. En el caso peruano fue una disposición como otras de nivel político, sin tener una idea de cuál iba a ser su función ni los roles que deberían cumplir, por otro lado no había la infraestructura adecuada para albergarlas en escuelas y posteriormente en cuarteles y bases.
La adecuación de las mujeres en la FA y el servicio voluntario cambian las relaciones civiles militares  por la ciudadanización previa  que han tenido estos nuevos integrantes,  y la mirada de la sociedad con respecto a la FA, porque otros integrantes de ella se han incorporado, haciendo que aquella sea más representativa de la sociedad; por otro lado,  se siguen produciendo cambios en la cultura militar como consecuencia de ello.
Durante este tiempo no han faltado problemas de adecuación y convivencia en un medio que era reservado solo para varones; entre ellos, falta contra el honor sexual, cadetes embarazadas, noviazgos entre cadetes de las diferentes escuelas y otros. Frente a ello los Institutos Armados y últimamente el Ministerio de Defensa han emitido dispositivos legales que  prohiben e inhiben relaciones no deseadas, tanto en los Cuerpos de Oficiales como de Sub Oficiales, así como en las escuelas de formación.
Se han dado casos emblemáticos contra el honor sexual, que han sido publicitados por los medios, algunos aún no resueltos, así como de cadetes embarazadas que han deseado continuar con su permanencia en la escuela que están cursando. Hace pocos días en el CITEN de la Marina de Guerra  se ha dado el caso de la separación de dos alumnos de diferente sexo, que estaban teniendo relaciones  amorosas.
Independientemente de la magnitud del hecho y de la sanción aplicada, estos casos, como el  que no salgan embarazadas las mujeres durante su permanencia en las escuelas, están reglamentados; sin embargo hay voces en la sociedad,  particularmente de los órganos de la Defensoría del Pueblo y ONGs feministas, donde consideran que es injusto este tipo de sanciones y que se está recortando sus derechos y que son actitudes retrogradas.
He tenido la oportunidad de discutir varias veces, alrededor de una mesa y un café, con algunas sostenedoras de esta última posición, argumentándoles  que toda persona que ingresa a una escuela de formación militar, varón o mujer, lo hace en forma voluntaria, haciéndose responsable por las disposiciones emanadas de los diferentes reglamentos que rigen durante su formación en la vida militar y saben que si cometen alguna falta reñida con las normas de disciplina, van recibir la sanción correspondiente. Todo ello es parte de la formación para la vida militar y para las exigencias a las que van a estar sometidos tanto varones y mujeres, ya como profesionales militares.
Si bien es cierto que el género femenino va ganando cada vez más espacios importantes en el seno de la FA, tanto en los cuadros de mérito como en los ascensos, así como ingresando a diferentes especialidades, incluyendo algunas de combate; creo improbable, al menos por el momento, el cambio de criterio de la escuelas de formación frente a los problemas acaecidos últimamente. 

viernes, 11 de marzo de 2011

La voz de los militares

Mucho se ha hablado sobre que los militares no pueden deliberar, lamentablemente el dispositivo legal de la Constitución es genérico, lo que ha traído interpretaciones muchas veces antojadizas tanto de políticos como de algunos militares.
Por supuesto que los militares pueden deliberar, son hombres pensantes, con inteligencia desarrollada y raciocinio, como cualquier otro profesional calificado. La limitación está en que el militar en el activo no pude publicitar su opinión política públicamente, valga la redundancia, con  argumentos que sean diferentes al oficial, en temas políticos. Pero en el interior del seno del Instituto debe y debería hacerse, sin que esto constituya una insubordinación frente al representante del sector.
Es necesario que los militares tengan una voz ante los políticos y la opinión pública en temas relacionados con la política de defensa y la política militar, sin que ello quiera significar que nos estemos apartando del modelo democrático, de la subordinación de la Fuerza Armada a las autoridades legalmente constituidas. Más aún en momentos que los presupuestos son exiguos, el material esta en malas condiciones, los sueldos son injustos, existen lentos procesos judiciales y a ello se suma la diversidad de tareas que cada día asume la Fuerza Armada, con diferentes responsabilidades; hacia dónde vamos?
En toda sociedad moderna, los ciudadanos tienen voz, para hacer llegar  a los políticos y a la sociedad en general, los problemas que tiene ese grupo humano, que muchas veces es manejado por las autoridades sin ninguna consulta y a espaldas de ellos. Y los militares también son ciudadanos, pueden votar y actúan en participación ciudadana, de acuerdo a la última reforma de la Constitución; también es obvio que parte de sus derechos civiles están suspendidos, por la misión a que están afectados  
La física elemental nos demuestra que cuando se llena de vapores un recipiente tapado y luego es calentado, los gases tienden a explotar el recipiente, que puede causar  accidentes si no desfoga, de igual manera, las tensiones que existen en las  relaciones civiles militares podrían aliviarse si  los militares tuvieran una voz, entendiéndose a voceros predeterminados y legítimos ,  a militares, que deben estar preparado  políticamente, convencidos  de la democracia liberal , de manera tal que se legitimen ante la sociedad y que no causen resquemores sobre un posible confrontamiento con las autoridades políticas ni mucho menos una insubordinación al gobierno de turno; así como no tomar alianza con algún partido político, porque desnaturalizaría su labor.
De manera tal que este vocero (s) puedan hacer uso de sus puntos de vista a grupos de políticos y, la sociedad, estableciendo ‘’constructivos compromisos políticos’’, como lo menciona Sam C. Sarkesian , sin que esta acción comprometa la subordinación que debe tener la FA frente a las autoridades civiles. Y ello es justificable toda vez que las acciones que realiza la FA,  es en representación de la sociedad, y los políticos a veces toman medidas donde ignoran la capacidad técnica y la experiencia de los militares. Los militares pueden presentar sus puntos de vista dentro de los parámetros de la democracia liberal
En su artículo The US Military must find its voice, Sarkesian menciona varios casos, Vietnam, la Guerra del Golfo, Somalia, Bosnia, donde los militares no hablaron claramente de los problemas que estaban ocurriendo, frente a estos hechos señala al General Matthew Ridgway, , veterano de la II Guerra Mundial y la Guerra en Corea, quien sostiene:
Las autoridades civiles deben respetar escrupulosamente la integridad, la honestidad intelectual de sus Oficiales. Cualquier esfuerzo que contemple puntos de vista unánimes, que permita la adherencia a una línea partidaria de política- militar contra la honestidad de puntos de vista de oficiales responsables…es una práctica perniciosa que arriesga en lugar de proteger la integridad de la profesión militar 
Las complejas relaciones civiles militares permiten que los militares tengan cada vez más una mayor visión política del entorno que los rodea, visión que les  permitirá mejorar su eficiencia, efectividad , así como lograr establecer saludables relaciones con las autoridades políticas y con los diferentes grupos de la sociedad.